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ESCUELA DE PADRES

Cómo pueden disfrutar los padres de la adolescencia de sus hijos

Le explicamos las claves para conseguirlo.  

Por imposible que parezca... ¡Sí, es posible!

Cómo pueden disfrutar los padres de la adolescencia de sus hijos
Muchos padres se sienten atemorizados al ver a sus hijos crecer y llegar a la adolescencia por todas las informaciones sobre los peligros que acechan a esta etapa de la vida: drogas, malas compañías, alcohol... Tanto es así que algunos padres confiesan que preferirían que sus hijos no crecieran y se mantuvieran siempre en la primera etapa de la infancia.
Pero el tiempo pasa. Antes o después serán adolescentes. ¿Se puede realmente disfrutar de esta edad de los hijos que se presume tan conflictiva?
Para empezar, Begoña del Pueyo, autora del libro La buena adolescencia (editorial Grijalbo) junto a Rosa Suárez, matiza que no todos los adolescentes son iguales, ni se dan al botellón y asegura con rotundidad a ABC que, efectivamente, «se puede disfrutar de ellos a esta edad». Estas son las claves que nos expone para conseguirlo:
—Los padres sienten inseguridad porque hay que ponerles muchos límites (no vayas a este viaje, no vengas más tarde de las...) y la pregunta de si lo estaré haciendo bien o no, asalta con mucha frecuencia. Es muy conveniente tener relación con los padres de los amigos de tu hijo para charlar, conocer mejor las inquietudes de los jóvenes e, incluso, poder pactar horas de llegada a casa para no dar lugar a que vuestro hijo diga esa frase tan frecuente de «es que a fulanito le dejan llegar dos horas más tarde».
—De nada sirve recordar cómo éramos nosotros de adolescentes. Ya no es un referente. La vida ha evolucionado y es distinta, aunque a los padres les gusta pensar que ahora es más peligrosa para sus hijos. Si se les plantean actividades interesantes que se ajusten a sus gustos, los adolescentes pondrán toda su energía para llevarlas a cabo. No solo pensarán en salir a hacer gamberradas o hasta altas horas de la noche.
Hay que empoderar a los hijos y decirles lo bien que hacen algo para reafirmar su actitud, que se sientan responsables, independientes, sean más empáticos, y su autoestima aumente. De esta forma, ganarán en seguridad y tendrán menos peligro de titubear y sumarse a los deseos del grupo de amigos cuando sus intenciones no sean las más adecuadas.
—Hay que escucharles, dejarles hablar. No se les puede cortar su discurso porque no nos parezca bien lo que dicen, o porque nos imaginemos que el final o conclusión no va a ser de nuestro agrado. La escucha debe ser activa para que se sientan valorados y para que la próxima vez no piensen «mejor no se lo cuento a mis padres porque no me van a dejar terminar de decírselo, ni me van a escuchar». Es mejor dejarles finalizar y luego mostrarles nuestro desacuerdo con lo que ha expuesto. Ganaremos más su confianza y respeto. Es bueno que los padres se pregunten lo siguiente: ¿cuántas veces escuchamos a los hijos sin interrumpirle durante un minuto seguido?
—Los padres deben buscar los espacios y momentos adecuados para relacionarse con sus hijos, como es la hora de cenar, con la televisión apagada, para intercambiar opiniones y comentar cuestiones cotidianas.
—Debemos hacer que se sienta querido y arropado. La familia es su valor refugio, independientemente de que quieran tomar sus propias decisiones. Aunque parezca mentira, a los hijos les gusta que les pongamos límites. Según los estudios en la materia, los adolescentes quieren saber lo que opinan sus padres, aunque luego ellos decidan lo que hacer.
Hay más generación de jóvenes Einsten que de la generación nini. Lo que ocurre es que si le llamamos constantemente vago y le decimos que hace mal las cosas, lo asumirá como cierto y actuará en consecuencia. Lo mejor es decirle «no te das cuenta de que tu habitación debe estar recogida...».
Nunca comenzar una negociación con un reproche y no trasnmitir que sabemos lo que piensa «a tí lo que te pasa es que...».
—Hay que decirles lo que bien que han hecho algo, y no darlo por hecho. Halagarles más.
Evitar el colegueo. Somos padres, no amigos.
—Los adolescentes deben querer salir con sus amigos. Es más preocupante el «niño sillón», que está tumbado y sin ganas de moverse, que el que se vuelve loco por irse de casa con sus amigos a pasarlo bien.
—En las discusiones, que las habrá, no se debe faltar al respeto nunca.

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LOS 10 ERRORES MÁS COMUNES 

EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

Fuente: Alianza Revista Mundo Padres
¿Se ha preguntado alguna vez el porqué de la expresión: "educar es un arte"? Pues bien, la labor educativa de un padre es tan delicada como maravillosa, que implica un proceso de aptendizaje sujeto a equivocaciones. A pesar de querer lo mejor para los hijos, no siempre los padres los benefician con ciertas actitudes.
Sabemos pues que nadie nace aprendido -al menos hasta ahora- ni siquiera los padres, serán muchos los intentos fallidos para hacer de ios hijos personas valerosas, sin embargo deben ser esos tropiezos, oportunidades para detener una conducta inapropiada y revertir el cauce.
No es la intención hacer criticas a una labor tan admirable, como es la de un padre, sino abrir espacios de reflexión donde se evalúen acciones que pueden ser corregidas a tiempo. A continuación las equivocaciones más frecuentes de los papás en ia formación de sus hijos.

1. Uso Inadecuado de la autoridad: es cuando la autoridad sólo se concibe en los extremos: autoritarismo o permisividad, no hay punto medio. Tan dañina es una como la otra, el ambiente educativo en ambas no ayuda en lo absoluto a la formación de la persona, la primera por la posición rigurosa de los padres que da como respuesta unos hijos temerosos y solapados; y la segunda por exceso de libertad que se convierte en el efecto contrario (personas llenas de ataduras).
2. Incongruencia entre el decir y el actuar: es uno de los errores que más cometen los educadores sin tener conciencia de su alcance. Se refiere a las famosos amenazas que nunca se llevan a cabo, asi como a las promesas que no logran ser cumplidas. Para una mejor ilustración, es cuando los papás aplican normas o sanciones que al final ellos mismos las ignoran, no las hacen cumplir o terminan cediendo. Esto indica que la autoridad es débil y puede quebrantarse fácilmente.
3. Disparidad en la autoridad: hace alusión a la situación donde la madre emite un mensaje y el padre otro, con regularidad desautorizándose entre ellos, lo que produce un laberinto donde el hijo no sabe en qué dirección marchar ni a qué salida llegar. La falta de unión de criterios educativos, entorpece la misión instructiva.
4. Concepto erróneo de la libertad: es la falsa creencia de que la libertad consiste en permitirle a los hijos hacer lo que quieran, donde quieran, como quieran y a la hora que quieran, porque consideran que al establecer lineamientos están impidiendo el libre desarrollo de la personalidad. Muy diferente es educar en la libertad: permitir y promover en los hijos la toma de decisiones con base en distintas posibilidades, ayudándoles a distinguir lo que es beneficioso y lo que no.
5. Sobreprotección: no es otra cosa que impedir la autonomía de los hijos, donde los padres realizan por ellos trabajos que están en total capacidad de ejercerlos por sus propios medios. Por lo general este tipo de padres buscan evitarles a los hijos todo sufrimiento o dificultad posible. El fruto de la sobreproteccion es la inseguridad que se genera en la persona, así como la incapacidad para sortear inconvenientes. Es un amor posesivo, de apoyo, que obstaculiza el proceso natural de los hijos.
6. Manipulación afectiva: es cuando se pone de por medio un interés especifico del padre, para lograr un objetivo con sus hijos. Puede darse en cualquier edad, incluso cuando los hijos ya han formado sus propios hogares y los padres recurren a diversas razones (dinero, enfermedad, compañía. etc.) para capturar su atención; mientras que cuando están pequeños los elementos de manipulación suelen ser otros.
7. Llenar vacíos con dementos materiales: es un fenómeno que se vive en muchas familias actuales, la falta de tiempo para estar con los hijos, se compensa con juguetes, computadoras, celulares... que tienen como fin satisfacer el cariño que los padres no les pueden conceder por sus ocupaciones laborales.
8. No reconocer Las limitaciones de los hijos: negarse a admitir las dificultades que los hijos presentan o exigirles habilidades que no poseen, da lugar a una serie de contrariedades que perjudican a las dos partes. Muchas veces los padres buscan hacer de sus hijos lo que ellos no pudieron lograr, de forma que sus frustraciones las ven posibles en la vida de sus pequeños. Otro escenario donde es común esta situación, es en el dinamismo de la relación familia-colegio, en la cual los maestros retroalimentan a los padres sobre la conducta de los hijos y ellos se rehúsan a aceptar dicha realidad.
9. Comunicación deficiente: es el miedo a tratar con los hijos ciertos temas difíciles de abordar (sexualidad, adicciones, amistades poco convenientes...) lo que los deja en plena libertad para hallar la información en fuentes que distorsionan la realidad y el sentido de las cosas.
10. Manejo de las nuevas tecnologías: se ha observado en los hogares una carencia de límites y normas para el uso de las tecnologías, lo que puede abrir puertas a mundos oscuros y peligrosos para seres humanos que todavía se encuentran en formación, como son contactos con personas desconocidas, pornografía, adicción al juego, aislamiento, entre otros.
Al dar un vistazo a las anteriores equivocaciones de los padres, podemos concluir que es factible caer en éstas, dada nuestra condición humana. Lo importante es no quedarse allí, sino buscar la manera de evitar o afrontar los errores dándole solución oportuna.


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Según un estudio, "el rendimiento académico depende más de la familia que de la escuela"

 

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Diez pautas para educar

La mayoría de los padres consideran que educar es una tarea difícil

El comportamiento de los hijos exige perseverancia y unas técnicas básicas de disciplina


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(Pincha en la imagen para acceder al documento)

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SABER ESTUDIAR

base padres educadoresp 
"Padres...y educadores" es el titulo del primer módulo del último recurso educativo abierto (REA), publicado por CeDeC: "Saber estudiar". 
Los contenidos de este REA tienen como objetivo que los padres colaboren eficazmente para mejorar el rendimiento académico de sus hijos. 
En sus contenidos, "Padres y educadores" ofrece ideas y materiales sobre aspectos tan importantes como la relación que las familias deben mantener con el centro educativo o la mejor manera de imponer y consensuar normas. El proyecto se complementa con una colección de vídeos divulgativos, protagonizados por padres, educadores y alumnos que aportan sus experiencias. 
Este recurso es la primera parte del REA "Saber estudiar". En las próximas semanas, se publicarán los otros tres módulos que forman este recurso, elaborado en colaboración con la comunidad educativa del IES "Enrique Díez-Canedo".
Los contenidos de este y otros recursos de atención a la diversidad pueden ser consultados:

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LOS 10 ERRORES MÁS COMUNES DE LOS PADRES 

AL HACER LOS DEBERES CON LOS HIJOS

Aprenda cómo ayudar a los niños a realizar las tareas escolares en casa

Los diez errores más comunes de los padres al hacer los deberes con los hijos
Los padres deben vigilar y hacer un seguimiento de los deberes, pero nunca hacer ellos mismos la tarea
Más allá del debate sobre si los alumnos tienen que hacer o no deberes en casa, lo cierto es que realizar las tareas escolares fuera del horario lectivo es un pilar del sistema educativo en España. Muchos defienden que los deberes refuerzan los aprendizajes de clase, que ayudan a crear hábitos de trabajo, superación y disciplina y que refuerzan la concentración y la memoria. Es una labor y una responsabilidad de los hijos, pero los padres también cumplen un papel: el de vigilar, apoyar y seguir que los chicos cumplan las tareas y resolver sus dudas, pero nunca, nunca hacerles los deberes.
Los deberes son una responsabilidad asumida por muchas familias. El 80% de los alumnos en Primaria recibe ayuda de sus padres para hacer las tareas escolares y el 45% de los estudiantes en Secundaria, según una encuesta elaborada por TNS Demoscopia. Pero, sin duda, ayudar a los hijos a realizar los deberes puede ser motivo de tensión y conflicto en casa, incluso puede suponer una gran carga, sobre todo, para muchos padres que trabajan y les falta tiempo de dedicación a los hijos.
Para llevar bien esta gran responsabilidad, es conveniente conocer cuáles son los errores más comunes que cometen los padres a la hora de realizar los deberes con sus hijos y cómo solventarlos. Carmen Guaita, profesora y vicepresidenta del sindicato de profesores ANPE, explica los fallos más habituales y ofrece las claves para realizar con éxito estas tareas: (seguir leyendo..)

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